En ocasiones nos da apuro explicar a nuestros pacientes cuestiones más o menos técnicas porque pensamos que no nos van a entender o que no es necesario, pero es importante hacer un esfuerzo para encontrar la manera de abordar la anatomía, biomecánica o neurología en un lenguaje que nuestro paciente pueda entender.
La experiencia del dolor es multifactorial, y las expectativas, creencias y dudas del paciente juegan un papel muy importante en
-cuánta cantidad de dolor percibe
-cuánto se prolongará en el tiempo su recuperación
-cuán difícil o traumático vivirá el paciente su proceso
Permitir que el paciente se exprese y manifieste sus dudas nos permite identificar las posibles creencias erróneas y miedos.
Explicarle qué ocurre y cómo vamos a abordar las sesiones hace que disminuya su incertidumbre, y que su sistema de alarma, protección y anticipación ya no está tan activo, lo que influye directamente sobre la cantidad de dolor percibido.
Esa comprensión favorece además una actitud más activa y confiada por parte del paciente y facilita una vía de comunicación sin miedo con el terapeuta, lo que ayuda a aumentar también la adherencia al tratamiento.
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